Crisis

Crisis es una palabra que describe los momentos más difíciles de la vida. Yo he pasado por diferentes crisis: Cuando me dio peritonitis y estuve por morir, cuando murió uno de mis hijos (que Dios resucitó); cuando tuve que dejar de pastorear la iglesia de Pachuca, fue en verdad tan doloroso; cuando mi esposa enfermó de artritis y fue deshausiada (Dios la sanó después de muchos meses de espera); cuando mis padres murieron… En verdad que he pasado por muchas crisis más, que me han enseñado que tengo un Dios fiel y misericordioso, que puedo confiar en Él aunque todo esté de cabeza y parezca imposible remediar.

Ahora me encuentro enmedio de una gran crisis, más de 150 personas se han ido de la iglesia local, que era de 400 miembros; hay detrás muchos años de trabajo, de entrenamiento, de esperanzas, de retos; también de equivocaciones, pero siempre de gracia, de nuevos intentos, de resultados, de satisfacciones y, como ahora, de lágrimas y tristeza. Por supuesto hay personas involucradas, inconformes, heridas, enojadas, con rencores. Pero Dios me ha enseñado que sólo tengo un enemigo al que debo odiar y vencer: el diablo, porque está detrás de todo y de todos los promotores de esta crisis. A todos los que han hablado mal de mí, del ministerio y de la iglesia local, quiero que sepan que los amo, deseo que les vaya bien, que prosperen y encuentren lo que yo no les pude brindar. Aún amo y oro por los ministros que se han ido con la finta (Si Bernabé no discernió la simulación de Pedro en Glalacia, es comprensible). Deseo que Dios me ayude a capitalizar la crisis y a servirle con entero corazón. Hay que remontar la cuesta, Dios está conmigo y me ha guardado con su paz. Seguiremos adelante, con todo el corazón, con la certeza de lo aprendido y con el corazón abierto para aprender más; con los ojos centrados en Jesús, en humildad, dependiendo de Él, buscando su unción y sirviendo con amor. Sé bien que Dios está conmigo y es su opinión de mí la única importante. Quiero agradarle, seguiré extendiendo su reino, no me defenderé de quienes me difaman, espero que Dios lo haga, y cumpla su propósito de esta gran crisis hasta que su Nombre sea glorificado. Mi conciencia está en paz, esta crisis me ayudará a bien, sé que todo se pondrá mejor, y que el marcador seguirá infinito a cero favor Dios. Dios lo permitió, sea glorificado sólo Él. ¡Aleluya! Por este año no me ausentaré más de la iglesia local los domingos para visitar otras iglesias, vamos a cerrar filas en la iglesia local, vamos a perseverar, vamos a vencer, en el Nombre del Señor.

Ricardo Vivas Arroyo.