7 VERDADES LECHE IV

DOCTRINA DE BAUTISMOS

Por Ricardo Vivas Arroyo

Dentro de las siete verdades del comienzo, en el Nuevo Testamento, la doctrina de bautismos es la cuarta doctrina que un creyente debe conocer y sobre todo practicar. Es importante aclarar que esta doctrina no contradice lo que el apóstol Pablo dice cuando habla de la unidad (Ef. 4:4-6), porque nos habla de un Espíritu, de un Señor y de un Dios y Padre de todos, es decir, enseña sobre la unidad de un Dios trino, que nos dio un bautismo, que debe corresponder a su vez, al hombre creado a su imagen como un ser también trino, con espíritu, alma y cuerpo (1 Ts. 5:23).

Un bautismo para todo nuestro ser, doctrinal y prácticamente hablando son tres bautismos, uno para cada área, que el creyente debe experimentar para estar pleno en su vida cristiana. La palabra bautismo se deriva del griego ‘bapto’, que significa sumergir o introducir totalmente una cosa en otra. En latín es‘Baptizare’.

Para que se pueda realizar un bautismose requiere de tres cosas: de alguien que sea sumergido, el bautizado; de alguien que lo sumerja, el bautizador, y que haya un elemento bautismal en qué ser sumergido. Es importante además identificar dos aspectos más: el propósito del bautismo y el signo o señal que pruebe que la persona ha sido bautizada. Distinguir estos cinco aspectos, nos permitirá identificar y diferenciar cada uno de los tres bautismos que el creyente debe experimentar.

I. Bautismo para el espíritu.- La Biblia enseña que el hombre estaba muerto en sus delitos y pecados (Ef. 2:1, 5), es decir, separado de Dios tal y como Él lo había sentenciado si el hombre comía del árbol de la ciencia del bien y del mal, desobedeciéndolo (Gn. 2:16-17). Esta muerte no fue física, ni mental, fue espiritual, pues su comunión con Dios se rompió, requiriendo de Salvación para recibir nueva vida espiritual, mediante la regeneración de su espíritu (1 P. 1:3). Esta regeneración es también llamada nuevo nacimiento (1 P. 1:23, Jn. 3:3, 6-7). ¿Cuándo sucede este evento? Cuando recibimos a Cristo como nuestro Salvador y viene a nuestro espíritu y se hace uno con Él (1 Co. 6:17). Doctrinalmente hablando, nuestro espíritu es bautizado o sumergido en Cristo, en el Espíritu de Cristo, lo que nos convierte en hijos de Dios. Esto lo realiza el Espíritu Santo, cuando nos convence de pecado, de justicia y de juicio, y arrepentidos le recibimos en nuestro corazón (espíritu)(Jn. 1:12-13, 1 Co. 12:12-13) “…por un Espíritu somos todos bautizados en un cuerpo …” este cuerpo es el de Cristo, la Iglesia, lo cual nos reviste de Él(Gá. 3:27). La expresión “… somos bautizados en Cristo …” denota que fuimos introducidos en Cristo mismo. La palabra ‘en’ en griego es ‘eis’ y significa ‘dentro de’; por tanto, es válido traducir “… somos bautizados dentro de Cristo…”(Ro. 6:3). Este bautismo es de Salvación. Podemos entender que el Espíritu Santo toma nuestro espíritu humano y lo introduce en el cuerpo de Cristo. En resumen en este bautismo, el Bautizador es el Espíritu Santo, el Bautizadoes el espíritu del creyente y el elemento bautismal es Cristo. El propósito del bautismo es Salvación, regeneración de nuestro espíritu, o nuevo nacimiento espiritual, también llamado justificación, y la señal de que hemos sido bautizados en Cristo es que al ser perdonados recibimos la paz de Dios (Ro. 5:1).

Cuando el espíritu del creyente ha sido bautizado en Cristo, ha sido regenerado, al hacerse uno con el Señor, es de inmediato hecho perfecto (He. 10:14, 12:13), y es por eso que cómo Él es, así somos nosotros en este mundo (1 Jn. 4:17). Es en nuestro espíritu perfecto, que al volver a vivir espiritualmente, estamos sentados con Cristo en los cielos (Ef. 2:5-6). En nuestro espíritu perfecto tenemos dominio, es en esa parte de nuestro ser que no podemos pecar, tan sólo porque nacimos de Dios espiritualmente y como sus hijos tenemos su naturaleza divina (1 Jn. 3:9). Este bautismo de Salvación nos imparte vida eterna, porque al tener en nuestro espíritu al Espíritu de Cristo, tenemos vida eterna (Ro. 8:9, 1 Jn. 5:11-13).

II. Bautismo para el alma.-Al ser salvos, cuando recibimos a Cristo y fuimos bautizados en Él por el Espíritu Santo, fuimos hechos nuevas criaturas (1 Co. 5:17). Fuimos libertados del pecado y hechos siervos de justicia (Ro. 6:18), de modo que no sólo Cristo es nuestro Salvador, sino también nuestro Señor, a quien debemos agradar en todo. Lo anterior nos pone en un dilema, pues ahora sentimos el amor de Dios y su perdón y queremos hacer siempre su voluntad, pero la realidad es que no lo logramos Mateo 3:11e; Marcos 1:8b; Lucas 3:16e; Juan 1:33d; Lucas 24:49; Hechos 1:4 y 8; 2:4. La experiencia de Pentecostés es hablar nuevas lenguas. Esta es la señal de haber sido bautizados en el Espíritu Santo (Marcos 16:17 “… y estas señales seguirán a los que creyeren: En mi nombre … hablarán nuevas lenguas …”).

Existen muchos beneficios de hablar lenguas: Es un acto de obediencia; es un testimonio a Dios, a Cristo y al mundo; desata el poder de Dios; constituye la forma de adoración más eficaz; a través de las lenguas, hacemos la más perfecta oración e intercesión; las lenguas sirven para nuestra edificación; podemos bendecir y hacer acciones de gracias y servir a Dios; ministran reposo al alma. No es un capricho obligar a la gente para que hable lenguas; es la posibilidad de experimentar una cauda de beneficios que Dios nos otorga por el bautismo en el Espíritu Santo.

Dentro del esquema de la doctrina de espíritu, alma y cuerpo, en este bautizo es el alma la que tiene la experiencia. De esta manera, el sujeto Bautizador es Cristo, quien toma nuestra alma (sujeto Bautizado) y la introduce en el raudal del Espíritu Santo, el cual es la sustancia o elemento bautismal. De esta manera salimos hablando lenguas.

III. Bautismo en agua.- Mateo 3:11a; Marcos 1:4 y 8a; Lucas 3:16a; Juan 1:26a; 4:2; Hechos 8:36-38 Éste es un acto de obediencia y de testimonio a Dios de seguir a Cristo. También se considera un testimonio de dar la espalda al mundo. Mateo 3:16 En un acto de obediencia, Cristo se bautizó en agua, para cumplir así toda justicia. En este caso, es el cuerpo el cual se bautiza o se moja. El sujeto Bautizador es el ministro de Dios; el sujeto Bautizado es el creyente, en su cuerpo físico; y el elemento bautismal es el agua. En el primer bautizo, salimos salvos, gozosos o llorando; en el segundo bautizo salimos hablando lenguas; y en el tercer bautizo salimos mojados.

¿Cómo es la fórmula del Bautismo en Agua? De acuerdo con Mateo 28:19 la fórmula del Bautizo en Agua es “… en el Nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo.”Hay quienes bautizan sólo en el Nombre de Jesús, pero no es la manera que el Señor dejó como acto solemne.

¿Qué tipifica el agua? El Bautismo en Agua es un acto de obediencia; el agua no limpia pecados. Pero el Bautismo en Agua es una figura de muerte, sepultura y resurrección. Nosotros testificamos que morimos al mundo y a la carne, somos sepultados y volvimos a nacer. Esto es una alegoría, ya que en la realidad, nosotros morimos con Cristo, y fuimos sepultados en Su muerte, y resucitamos en Su resurrección.

Hay quienes bautizan y rebautizan para perdón de pecados, pero el agua no limpia pecados. Lo que nos limpia de pecado es la Sangre de Jesús.

¿Por qué bajar al agua? Para cumplir un mandamiento santo del Señor. El Bautismo en Agua es un acto de obediencia al Señor Jesús.

¿Qué significa el Bautismo en Agua? Además de tipificar la muerte, sepultura y resurrección, el bautismo en agua es figura de darle la espalda al mundo y al diablo. Es un testimonio a la Iglesia, al diablo y al mundo de que hemos decidido seguir a Cristo y no volver atrás.

EL BAUTISMO EN AGUA

(Inicio del discipulado)

Por Ricardo Vivas Arroyo

LOS DISCÍPULOS MUESTRAN SU DESEO DE SERLO BAUTIZÁNDOSE EN AGUA.

Jn. 4:1-2 De manera que como Jesús entendió que los Fariseos habían oído que Jesús hacía y bautizaba más discípulos que Juan, (Aunque Jesús no bautizaba, sino sus discípulos).

Mt. 28:19-20 Por tanto, id, y doctrinad á todos los Gentiles, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo: Enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado: y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

Es importante tomar conciencia de lo que implica ser discípulo para disfrutar el bautismo en agua y recibir la parte de la salvación diaria que Dios tiene para los que le siguen:

1.- EL DISCÍPULO ENTIENDE LA PALABRA DE DIOS

Mr. 4:33-34 Y con muchas tales parábolas les hablaba la palabra, conforme á lo que podían oír. Y sin parábola no les hablaba; mas á sus discípulos en particular declaraba todo.

2.- UN DISCÍPULO MUESTRA A CRISTO CON SU VIDA

Jn. 13:35 En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.

3.- UN DISCÍPULO OBEDECE A SU SEÑOR EN TODO

Mt. 11:1, 6 Y Fue, que acabando Jesús de dar mandamientos á sus doce discípulos, se fue de allí á enseñar y á predicar en las ciudades de ellos… Y los discípulos fueron, é hicieron como Jesús les mandó;

4.- EL DISCÍPULO NO SE APEGA A LO TERRENO

Lc. 14:33 Así pues, cualquiera de vosotros que no renuncia á todas las cosas que posee, no puede ser mi discípulo.

5.- UN DISCÍPULO IMITA A SU MAESTRO

Mt 10:24-25 El discípulo no es más que su maestro, ni el siervo más que su señor. Bástale al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su señor. Si al padre de la familia llamaron Beelzebub, ¿cuánto más á los de su casa?

6.- UN DISCÍPULO DA EL PRIMADO A CRISTO

Mt 16:24-25 Entonces Jesús dijo á sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese á sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque cualquiera que quisiere salvar su vida, la perderá, y cualquiera que perdiere su vida por causa de mí, la hallará.

Lc 14:25-27 Y muchas gentes iban con él; y volviéndose les dijo: Si alguno viene á mí, y no aborrece á su padre, y madre, y mujer, é hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su vida, no puede ser mi discípulo. Y cualquiera que no trae su cruz, y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo.

7.- UN DISCÍPULO FRUCTIFICA

Jn. 15:8 En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.