Boletín No. 4

Vol 1 No 4. Enero 2006

CARTA A LAS IGLESIAS

Jairo Carbajal, Eleazar Mendoza y Ricardo Vivas, siervos de Jesucristo por la gracia de Dios, a las iglesias de Azcapotzalco, Dallas, Guadalajara, Los Ángeles, Mexicali, México 86, Monterrey, Naucalpan, Oaxaca, Pachuca, Puebla I, Puebla II, Picacho, Querétaro, San Miguel Chapultepec, Ticomán, Tijuana, Tlahuac, Tlaxcala, Valle de Aragón, y a todas aquellas iglesias a
las cuales el Señor se los testifique.

Saludos fraternales en el glorioso nombre de nuestro Señor Jesucristo.
Durante los últimos tres años Dios ha estado trayendo un nuevo despertar en México, haciendo fructificar en la vida de muchos las semillas que el hermano Robert Ewing plantó, y esto ha propiciado el nacimiento de varias iglesias locales en diferentes puntos del país. Esto es motivo de
gran gozo y expectación para nosotros.

La visión de la Iglesia Neotestamentaria está profundamente arraigada en el corazón de muchos líderes que el Señor está levantando y no hay nada que deseemos más que ver a cada iglesia local creciendo en el conocimiento y la práctica del modelo del Orden Divino.

En el pasado hemos visto cosas muy buenas —que apreciamos en todo lo que valen— que llevaron a las iglesias a tener un mejor entendimiento de la Doctrina Neotestamentaria, sin embargo, también sufrimos en carne propia y fuimos testigos de algunas fallas en la interpretación y en la práctica de las enseñanzas del hermano Robert. Pero ahora Dios está haciendo algo nuevo.

Queremos aprender de la historia para tomar lo bueno e ir en pos de lo excelente, evitando las fallas del pasado.

Sabemos que no somos perfectos, pero nuestro corazón arde por ver la plena restauración del modelo de Dios en las familias y en nuestras iglesias. Es por esta razón que hemos decidido trabajar en equipo y en sumisión de los unos a los otros, pues entendemos que la obra no la puede hacer uno solo, y que la iglesia no debe ser dirigida por una sola persona. Asimismo, Dios nos ha guiado a trabajar en relación y sumisión a otros ministros que han sido probados y aprobados por Dios.

En el proceso de renovación en el que Dios nos está llevando, sentimos la necesidad de afinar la visión y definir nuestras relaciones, convencidos de que de esa manera evitaremos que el enemigo arruine la obra tan preciosa que Dios está haciendo en nuestro medio. Dios nos está uniendo para formar un equipo ministerial que pueda servir a las iglesias que deseen caminar en la visión y doctrina del Orden Divino, y para promover su extensión. Estamos en la mayor disposición de compartir de gracia lo que hemos recibido de gracia, pues entendemos que la revelación del Modelo de Dios no fue dada para unos cuantos sino para la edificación de toda la iglesia del Señor.

Por ello, habiendo buscado la dirección del Señor y de común acuerdo, declaramos que:

▪ El propósito de nuestro corazón es ser colaboradores de Dios para edificar la Iglesia gloriosa por la que Cristo vendrá. Somos servidores de Cristo y de su Iglesia sin mayores pretensiones que las que corresponden a un siervo: honrar a su Señor. No estamos en busca de títulos, nombramientos, derechos, beneficios, privilegios ni reconocimiento de ninguna clase.

▪ No buscamos edificar —ni individualmente, ni como grupo— nuestro propio reino o territorio, pues sabemos que la iglesia le pertenece solamente a Aquel que pago por ella. Anhelamos colaborar en armonía, para formar un equipo de servidores que atiendan las necesidades de las iglesias, conscientes de nuestras muchas limitaciones e imperfecciones, pero con la seguridad de la gracia que el Señor nos concederá, si nos
proponemos que sólo Él sea glorificado.

▪ Procuraremos mantener líneas de comunicación abiertas y transparentes entre nosotros
y con todos los ministros, para evitar malos entendidos. Pondremos todo lo que esté de
nuestra parte para mantener relaciones amistosas, fundadas en la confianza mutua.

▪ Trabajaremos en unidad entre nosotros sin buscar posiciones de liderazgo supremo, sabiendo que el que quiere ser mayor en el reino de Dios debe ser siervo de todos.

▪ Buscaremos mantener relación y trabajar en armonía con otros ministros que el Señor está levantando con la misma visión en diversas partes del mundo, tales como:


Howard Katz de Canadá
Maurice Ribola de Francia
Daniel Moser de Suiza
Brad Kenyon de Atlanta
Philip Stanley de Portland
Richard Tison de Florida
Ernest B. Gentile en California
John Kolb de Rochester, Minnesota


Nos mantendremos abiertos a recibir lo que Dios quiera darnos a través de estos y otros ministros probados que el Señor traiga a nuestras iglesias.

▪ Procuraremos que las enseñanzas del hermano Robert sean difundidas mediante la predicación, la enseñanza y la publicación de las mismas a través de todos los medios que el Señor ponga a nuestro alcance, pues el hermano Robert nos dio instrucciones y autorización para publicar sus enseñanzas, ese era su deseo, y eso es lo que haremos en la medida que el Señor lo permita.

▪ Toda relación de autoridad ya establecida con antelación entre una iglesia y cualquiera de nosotros, contará con nuestro reconocimiento y apoyo incondicional. Todos los miembros del equipo podrán ministrar a las iglesias sin restricción alguna.

▪ El modelo del Nuevo Testamento, establece que Cristo es la cabeza de la Iglesia, y los oficios ministeriales son la mano con la que Dios lleva a cabo la perfección de los santos y la edificación de la iglesia, hasta que la Iglesia alcance su plenitud. Estamos comprometidos a buscar a Dios y caminar en integridad y transparencia, porque anhelamos ser instrumentos útiles para la edificación de las iglesias.

▪ Finalmente, exhortamos a todos los líderes de las iglesias a que:

i. Sirvan al Señor con corazón puro, sin competir ni permitir que ambiciones personales interfieran con la obra del Señor.

ii. No busquen enseñorearse de la grey sino que manifiesten en todo un corazón de servicio, fomentando la libertad del Espíritu Santo, que es al que Cristo envió como Su representante supremo en esta tierra, delegándole la autoridad de gobierno sobre Su iglesia, como se aprecia claramente en el libro de los Hechos.

iii. No se preocupen por títulos, ni se apresuren a reclamar el reconocimiento de otros, porque la autoridad espiritual no se impone y no requiere de etiquetas ni credenciales.

iv. No se apresuren a otorgar nombramientos a otros, porque los padres espirituales de cada iglesia se identifican fácilmente cuando sirven sin reservas y sin demandas.

“Por lo demás, hermanos, tened gozo, perfeccionaos, consolaos, sed de un mismo sentir, y vivid en paz; y el Dios de paz y de amor estará con vosotros. Saludaos unos a otros con ósculo santo. Todos los santos os saludan. La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del
Espíritu Santo sea con todos vosotros. Amén.” (2 Corintios 13.11-14).

Sus siervos en Cristo, el Señor de todos:

Jairo Carbajal Delgado
Eleazar Mendoza Liñán
Ricardo Vivas Arroyo