Boletín No. 10

Vol 2 No 7, julio 2006

OBEDIENCIA

Por Ricardo Vivas Arroyo

Desde que Eva codició el fruto prohibido, creyendo lo que el diablo le dijo, que serían dioses y no tendrían que depender de Dios (Gn. 3:1-6), quedó en su naturaleza la semilla de la rebelión, el primer pecado fue la desobediencia, y desde entonces todo lo cuestionamos, tenemos una resistencia natural a recibir órdenes y acatar disposiciones de otros.

La obediencia es una voluntad que decide hacer la voluntad de otro y lo consigue: Querer y hacer determinan la obediencia, no querer, y decir querer sin hacer, son desobediencia.


Dios le dio al hombre su ley, en 10 mandamientos concentró las cosas esenciales que debe obedecer para ser justo. Al paso del tiempo, la ley de Dios demostró que era imposible al hombre por sí mismo el cumplir totalmente, es decir, demostró su desobediencia y lo condenó (Gá. 3:10, 12).

Para ser restaurados a la obediencia necesitamos ser redimidos de la rebelión que forma parte de nuestra naturaleza. Así que, por esa causa, cuando Dios se humanó en Cristo, tuvo que nacer de una virgen, para no recibir esa herencia genética del pecado que todos traemos, y ser puesto en las condiciones de tentación y prueba en que estuvo la primera pareja. Jesús fue presionado en extremo por el diablo, por el mundo y por sus enemigos, para hacerle desobedecer, pero no falló (Ro. 5:15-19), fue obediente hasta la muerte y muerte de cruz (Fil. 2:8-9). Él aprendió la
obediencia en medio del padecimiento más cruel y jamás se rebeló, nunca, ni de pensamiento, por lo que su perfecta obediencia nos abrió la puerta al
arrepentimiento, al perdón y a la redención de ese cautiverio (He. 5:8-9, He. 2:14-15, Ro. 6:17-18).


El que recibe a Cristo en su corazón, no sólo es perdonado, recibe libertad y poder para obedecer, es decir, recibe gracia para hacer la voluntad de Dios. Él le cambia el corazón al venir a vivir en él, también le llena del Espíritu Santo y le provee de la ayuda necesaria mediante los ministros para que lo logre a plenitud. Sólo para el que ha nacido de nuevo es posible la verdadera obediencia (1 P. 1:2, Fil. 2:12-13).


MOTIVOS DE ORACIÓN

Orar por el grupo de evangelismo, que Dios lo siga usando poderosamente en diferentes lugares del país y en la iglesia, para que Dios salve a muchos y que los dones del Espíritu Santo operen abundantemente. Su próxima campaña es en la iglesia Pan de Vida en Polígono, Ecatepec, a mediados de agosto.


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Orar por los cultos de casa, que crezcan y que la iglesia se involucre más. ¡Ánimo hermano amado, tu iglesia espera que con cariño le sirvas!

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Orar por las visitas del hermano Ricardo a las iglesias, en Agosto a la iglesia de Tabernáculo de David, en Azcapotzalco.


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Orar por la convención, que el siguiente evento importante que se avecina: Por su coordinación, por las compras, por la comida, por el hospedaje, por el transporte, y en especial porque el amor de Dios llene todos los corazones para que abunde la alegría en todos los participantes. También por los visitantes de todas las iglesias y por los ministros que van a participar: Phillip Stanley, John Kolb, Howard Katz, Maurice Ribola, Jairo Carbajal, Eleazar Mendoza y nuestro pastor.


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Pensábamos que a estas fechas ya se sabría con certeza quien sería en presidente electo de México, pero no es así. Por lo que debemos orar en todo tiempo, para que Dios obre y ponga a quien gobierne a nuestro amado país de acuerdo a su plan para su iglesia. ¡Es muy buen tiempo de orar!


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También es importante orar por la escuela de profetas que se verificará en nuestra iglesia, Dios mediante, a finales de noviembre, por nuestro hermano John Kolb, a la que también vendrán hermanos con llamado profético de otras iglesias.


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Recuerden que el equipo de oración se encuentra intercediendo continuamente por las necesidades que se van presentando en la iglesia cada día. Dios ha obrado maravillas. ¡Gloria a Dios!

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Sobre la casa que nos venden como terreno frente a La Cueva y que da a la calle de abajo, cuyo precio es de 1.8 millones de pesos. No hemos recibido cual es el sentir de los que la han visto. Seguimos esperando que Dios nos muestre su voluntad ¡Gloria a Dios!