Arterias tapadas

Dios bondadoso

Dios ha levantado la iglesia de Guadalajara en pocos meses, lo ha hecho mediante algunos milagros y sanidades. En especial yo tenía el colesterol tan alto, que todas mis arterias estaban gruesas de los depósitos y después de varios estudios determinaron que tendrían que remover el colesterol con un catéter que, mediante una herramienta, fuera raspando el interior de mis arterias y aspirándolo, para recuperar su área de flujo sanguíneo. Mi estado era muy crítico y el procedimiento era de alto riesgo, pues podían formarse tapones que bloquearan el flujo en algún punto del sistema, así que mi vida estaba en peligro tanto si no lo hacía, como si lo hacía. Hicieron todos los preparativos, pero nuestro pastor Norberto oró por mí y también nuestra nueva congregación y Dios hizo el milagro, pues limpió todas mis arterias, yo me sentí tan bien que pedí que me hicieran nuevos estudios y análisis, y me estado de salud salió perfecto de modo que se tuvo que suspender la operación, pues era innecesaria. Eso sólo lo puede hacer nuestro amado Dios y tocó mi corazón de tal manera, que ahora vivo enamorado de él y quiero servirle dónde, cómo y cuando Él me lo pida. ¡Gloria a Dios!

Eduardo, de Guadalajara.