Venciendo los problemas

En mayo mi hermano cayó en la cárcel inculpado de un crimen que no cometió, lo cual trajo tanto a mi mamá Martha como a mí mucha angustia, pues no podíamos pagar una defensa legal adecuada. Esto me provocó muy fuertes dolores de cabeza y el doctor me dijo que mis nervios estaban inflamados a causa del estrés, que debía calmarme y me dio un tratamiento, que no alivió ni la tensión ni los dolores de cabeza. Fue entonces que me volví a Dios, porque tenía años de no congregarme, volví a la iglesia y le pedí a Dios de su misericordia y después de varias semanas de dolores, Dios me perdonó, me recibió y me sanó. ¡Qué bueno es Dios! ¡Alabado sea su Nombre! Ya empecé a congregarme regularmente y a edificar mi fe con su Palabra. Platiqué con el pastor y él oró por mi mamá, que está sufriendo mucho por el problema de mi hermano, y también oró por mi hermano José Pedro, para que Dios obre en estas circunstancias y ellos abran su corazón y reciban la salvación por medio de Cristo, pero además, obre claridad en su caso y salga la verdad a la luz y él sea absuelto de todo cargo. Dios me ha dado su paz sobrenatural y tengo la plena confianza que todo esto está obrando para bien, conforme a sus promesas y sus principios de vida, y estoy segura que mi familia vendrá a Cristo y Dios nos sacará con su poder de esta tribulación tan grande para nosotros. ¡Aleluya!

Tania Barroso, Iglesia Cristiana Adullam, Naucalpan.