Un Dios de paz

Un niño fue atropellado, lo vi a media calle, tenía su cara golpeada, su fémur derecho fracturado, su hombro lastimado y con mucho dolor, con dificultad se arrastraba hacia la acera. Cuando lo vi corrí a él y le dije: Dios quiere que le conozcas y le recibas en tu corazón, quiere perdonar tus pecados… El niño se llama Rodrigo, estaba desesperado y confuso, pero de inmediato Dios obró algo, el niño me miró y su rostro cambió, como si todo alrededor no existiera y estuviéramos solos él y yo, hablando directamente con Dios. sus ojos me miraban y me escuchaba con atención, parecía que el dolor se había ido y abrió su corazón, para pedirle a Cristo que lo perdonara y viniera a su corazón…

Momentos después llegó la ambulancia, los paramédicos lo atendieron, yo me aparté, pero pude ver su rostro lleno de la paz sobrenatural, la que sólo Cristo puede dar,

Al día siguiente hablé con su tutor, don José, quien me comentó que Rodrigo es, era un niño precoz, que ya tomaba y fumaba, que anteriormente había chocado una camioneta y que nunca lo obedecía.

Yo creo que Dios llegó a su vida en el momento preciso, yo creo que Dios ya ha obrado cambios en su vida, antes de que se destruyera o hiciera cosas más graves… Dios es oportuno, perfecto, su amor infinito… y es un Dios de Paz.